Riqueza y prosperidad Visualización guiada SENTIRLO. Imaginación. Necesitamos usar nuestra imaginación para crear, para hacer posible lo imposible. Para romper las limitaciones.

La mayoría de nosotros sabemos que el maná es el alimento especial que Dios envió al pueblo judío durante sus 40 años en el desierto (Ex 16). Para entender esto, primero tenemos que entender algunas de las cualidades únicas del maná. La primera característica del maná es que podría producir todos los gustos. El midrash dice que sabía a la comida exacta que cada persona necesitaba en ese momento: “A los jóvenes les sabía a pan, a las personas de edad les gustaban las obleas hechas con miel, a los chupones sabía a leche del pecho de su madre, a a los enfermos sabía a harina fina mezclada con miel. Deseando, uno podría probar en el maná cualquier cosa deseada, ya sea aves o frutas; por lo tanto, la afirmación de que la gente lo molió o lo golpeó, y luego lo coció (Núm. xi. 8), es solo figurativa, ya que si uno así lo desea, sabía a comida hecha con harina molida o machacada, horneada o cocida.

Interesante: el maná fue una de las diez cosas creadas el primer viernes de la Creación, en el crepúsculo (Abot 5.9). El maná fue 100 por ciento comestible sin restos o desperdicios. No había baños para limpiar. Durante los cuarenta años en el desierto, los judíos no tuvieron que eliminar. Suena muy extraño, pero la razón por la que las personas necesitan usar el baño es porque cada alimento, sin importar qué tan nutritivo y delicioso sea, tiene algún desperdicio. Y cuando bebe agua, no puede beber exactamente lo que necesita, y el cuerpo necesita una cierta cantidad de líquido para ayudar a eliminar los desechos. Sin embargo, dado que el maná era un alimento perfecto, desconocido para la ciencia, todo lo que contenía eran los nutrientes necesarios y nada más. Todo fue absorbido por el cuerpo y no hubo desperdicio. Y el agua que bebían del pozo de Miriam también era perfecta. Todo era exactamente lo que se necesitaba.

#Prosperidad #VidaEmunah #Positividad