Cómo aceptar la corrección. El Rabino me regaño. Me llamo, y fue fuerte. Hoy recuerdo; fue como 20 años atrás que el rabino Berl me regaño. El Rabino Berl Schtudiner ZTZ”L (Hashajen Nejmad) se molesto a llamarme a Toronto, a mi teléfono privado a darme un regaño. No me olvido, y por eso estoy agradecido. Estaba planeando llamarle la semana pasada, y lo pospuse por los festivales, lo deje para más tarde. Hoy en la maña me di cuenta que el fallecio. Ahora es muy tarde. 

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 Abraza la bendición de la reprimenda. La reprensión, la reprensión y la corrección son hermosos regalos de Dios que Él nos ofrece a través de mentores, hermanos, discípulos y líderes. Y por hermosos que sean los efectos de la reprensión, muchos creyentes los evitan y los ignoran. ¿Por qué? Es sencillo. Reprender duele.

Dice el libro de Proverbios: El que rechaza la reprensión lleva a otros por mal camino (Proverbios 10.17), es estúpido (Proverbios 12.1) y tonto (Proverbios 15.5), y se desprecia a sí mismo (Proverbios 15:32). “El que odia las reprensiones morirá” (Proverbios 15.10), y “la pobreza y la desgracia vendrán a él” (Proverbios 13.18).

No olvides agradecer a quienes te trajeron a Hashem, la verdad de su unidad. Muestre su agradecimiento, pregúnteles cómo puede ayudarlos. No lo pospongas. Algún día será demasiado tarde. Diles mientras están vivos lo agradecido que estás por ellos, y muéstralo.

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