Hoy en la noche celebramos el séptimo día de Pesaj, donde el mar fue abierto para nuestra libertad. 3000 años y pico atrás cruzamos el yam suf, el mar de Juncos, este es el septimo dia. El Séptimo Día de Pesaj conmemora la división del Mar Rojo, el clímax del éxodo de Egipto. Hasta que “Israel vio a los egipcios muertos en la orilla del mar”, permanecieron temerosos del poder militar de Egipto; algunos incluso estaban dispuestos a someterse a la esclavitud de nuevo en lugar de arriesgarse a morir. Después de la División del Mar, sin embargo, todo miedo al peligro terminó y experimentaron la verdadera libertad.

Nuestros Sabios consideran que estos dos eventos, el Éxodo de Egipto y la División del Mar Rojo, tienen una importancia tan fundamental que requieren que los recordemos todos los días. Esta obligación indica que no son simplemente incidentes en la historia. En cambio, el éxodo de Egipto y la división del Mar Rojo reflejan dos etapas de relevancia continua en nuestro servicio a Dios.

Salir de Egipto significa trascender nuestras limitaciones y dejar de ser esclavos al identificarnos como siervos de Dios. El éxodo de Egipto no se completó, sin embargo, hasta la división del Mar Rojo. De la misma manera, a nivel personal, la experiencia de cada individuo de salir de Egipto es incompleta sin el paralelo espiritual a la División del Mar Rojo.

El compromiso de dejar Egipto, de trascender los límites de nuestro ser individual, a menudo plantea un problema, ya que incluso aquellos que están firmemente comprometidos con la práctica de la Torá experimentan el mundo material como su marco de referencia. Mitzrayim, símbolo de las limitaciones de nuestra existencia mundana, determina su visión del mundo.

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