Estamos en el reto de Hitbodedut, Tikkun HaKlali, y Tzedakah para recibir del Creador sanidad en todos los aspectos, Físico y Espiritual. La idea es hacer Hitbodedut (plegaria personal), confensando, buscando en nosotros todas nuestras faltas, y haciendo arrepentimiento en vos y en acción. Tambien haciendo Tikkun HaKlali, qué son los 10 salmos que Rebi Najman descubrió que son el remedio general, para purificar nuestras almas. Tambien usamos Tzedakah (caridad) para abrir los cielos, como decimos, tzedakah salva vidas! El punto es decear, en verdad desear ser purificados, descubriendo capas que necesitamos remover, de cambiar, de totalmente desterrar de nuestras vidas; y vivir una vida cercana con el que nos resuelve.

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1- Vamos a pedir por algo concreto, algo fisico, también por sanidad de tu prójimo.
2- Vamos a pedir por bendición por el equipo de Punto Breslev con la idea si los amas, tú pides a Hashem por ellos.
3- Dar tzedaká diario (cajita de tzedaká) y al final donar para caridad para Punto Breslev.
4- Pedir para una gira a Israel (vamos todos)

Tikún HaKlalí es una segulá. Es un concentrado de medicina espiritual para reparar cortocircuitos espirituales, que son el origen del caos en el mundo. Hoy comenzamos el reto, de 40 días de Tikún HaKlalí e hitbodedut (plegaria persona), cuarenta días de buscar al Eterno, encontrado lugares donde la luz de Hashem no a llegado (debemos invitar a Hashem a todas nuestra áreas del corazón). Los tehillim (salmos) que vamos a recitar a diario son, 16, 32, 41, 42, 59, 77, 90, 105, 137, and 150, en ese orden. Rabí Najman: “Yo estoy muy seguro de todo lo que digo. Pero mas aún de esto. Este es el Tikún HaKlalí, es un remedio grande y tremendo. Cada pecado tiene su propio remedio individual, pero éste es el Remedio General”.

Se recomienda decirlo sin interrupción, desde el principio al final. Pronunciarlo en voz alta, en un tono que se oiga, y no leerlo con la vista. Se acostumbra dar tzedaka (caridad).

Decirlo en voz alta, o asociarse al que lo dice como si lo dijera uno mismo, haciendo suya la intención transformadora. El Rabí Najman enseñó que lo más importante es asociar las palabras con uno mismo. Debemos encontrarnos a nosotros mismos en cada salmo que decimos (o escuchamos). Hay que tener las manos limpias antes de recitarlo / escucharlo.

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